viernes, 28 de junio de 2013

Ahora lo veo distinto

De eso trata madurar, de ir cambiando el modo de ver las cosas, el modo de afrontarlas, la manera en que nuestras acciones ya si tienen repercusiones importantes, ahora lo veo distinto.

Desde pequeños siempre tuvimos miedo a crecer, aunque muchas veces deseáramos ser grandes para tomar nuestras propias decisiones, para tener más libertad, para que se viera que podemos con todo. Pero ese miedo nunca se fue, es un miedo natural, es un miedo a lo desconocido, miedo de no saber si crecer será un gran reto, si estaremos preparados para lo que nos espera en un futuro, la duda de si nuestra cabeza, nuestra mente y corazón están listos para dar los pasos necesarios para alcanzar esa madurez, ese estatus que nos reconoce como adultos y que nos aleja de ser niños.

Somos como Peter Pan, nunca queríamos crecer y por eso mantenemos una parte infantil dentro de  nosotros que sale cuando menos lo esperas, o incluso hay personas que ni la esconden, que por mucho que pasen los años ellos se mantienen igual y no desean crecer. Niños en cuerpos de hombres y mujeres.

Nunca quise crecer, nunca me veía preparado para dar los pasos necesarios, era muy responsable, pero quería ser un niño, no envejecer, quedarme como estaba, no caer en los problemas de la madurez, pero al final me di cuenta de que madurar es necesario, crecer es lo natural y no se lucha contra ello, puede hacer que tu mente no crezca pero eso te hará ser el más infeliz de la tierra,
Me falta mucho camino por delante, muchas cosas que pasar, muchos caminos por andar, pero sé que al final acabaré siendo la persona en la que me debo convertir.
Puede que sea duro crecer y que todas nuestras acciones ahora deben ser más cuidadosas, por eso todo se debe hacer con la cabeza y con el corazón sin perder de vista el premio, una vida plena.

La vida es un fluir de emociones así de simple.


No hay comentarios:

Publicar un comentario