jueves, 1 de agosto de 2013

Every night I

Era de noche, fuera estaba nevado, la nieve cubría las copas de los árboles, los coches y los jardines de las casas de la avenida. Hacía mucho frío, era una de esas noches en las que se agradecen un chocolate caliente y una buena manta, mientras lees un libro o ves una película.  Yo me encontraba sentado en mi escritorio terminando un trabajo para la universidad, lo había dejado para el último día porque había estado muy ocupado con otros proyectos que tenía en mente.

Mi habitación estaba iluminada con mi flexo, por el día era una habitación muy luminosa, la ventana era amplia y daba a la calle, justamente en la dirección en la que el sol salía, por lo que toda la mañana podía estar sin encender la luz para nada, mi cuarto es el típico cuarto de un joven universitario, lleno de libros de la carrera, a parte de los que había ido leyendo durante toda mi vida. Tenía posters de jugadores de baloncesto y videojuegos, a parte tenía mi cama y un sofá para sentarme y poder jugar a la consola.

Este trabajo me estaba dando más problemas de lo que me hubiera imaginado en un principio, si hubiera sabido lo complicado que era me hubiera organizado de otra manera, pero ya no había vuelta atrás, debía de acabarlo y hacerlo lo mejor posible para que el profesor no me pusiese mala nota.

Soy muy distraído, me puedo despistar muy fácilmente y en uno de estos despistes, me fijé que había alguien en la calle, ¿Que hacía alguien a estas horas de la noche en la calle y con este frío?
Me levanté y me acerqué a la ventana para ver si podía distinguir quien era esa persona.  Me fijé bien y pude reconocer quien era, resulta que era mi nueva vecina, una chica que se había mudado hace poco a mi barrio con sus padres. No la había visto desde que se mudaron y por eso me costó reconocerla, también era normal que me costara, parecía una chica de lo más normal, sin nada que la hiciera destacar, salvo sus ojos verdes, eran hipnóticos, fue lo único en lo que me fijé el día en que llegaron.
Me pregunto que haría a esas horas en la calle y además estaba sola. Era todo muy extraño.
Pero no estaba yo para pensar en cosas raras, tenía que centrarme en el trabajo para la universidad. Iba a ser una larga noche de trabajo, aunque antes de darme cuenta ya estaba de nuevo distraído imaginando que cosas ocultaría esa chica, solo sabía su nombre, Victoria.

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