Yo tengo mi particular botella, donde meto todo y de la que no sale nada, aunque haya cambiado en el exterior.
A veces olvidamos que la tenemos y que hemos perdido el interés en ella, pero cuando más nos hace falta acudimos a esa botella.
Dentro de mi botella tengo un mensaje, una pequeña carta para recordarme su funcionamiento, ese mensaje lo escribí el primer día que guardé mi primer recuerdo y hasta el día de hoy no he parado de introducir más y más sentimientos, recuerdos, sueños, miedos, etc.
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