martes, 9 de abril de 2013

Darkness

Hasta la más negra oscuridad puede desaparecer con un rayo de luz.

Porque hasta un corazón tomado por la oscuridad, puede encontrar la luz si sigue a quien quiere.

Hace frío, la habitación estaba oscura.

 Silencio.

 Ningún ruido rompía la calma de ese silencio.

 Oscuridad.

Un manto negro envolvía la habitación haciendo que la luz del sol no pudiera entrar por la ventana.
En el centro de la habitación un joven se encuentra sentado en el suelo con la capucha de la sudadera cubriendo su cabeza, mientras sus manos tapan su cara.

El joven tiembla, empieza a notar el frío que se va acumulando en la habitación, un frío que le va entumeciendo el cuerpo poco a poco, un frío seco, gélido.

Nota una gran presión en el pecho, una angustia que le hace estar aún más nervioso, no puede levantarse del suelo, no tiene fuerzas para ponerse en pie.

Nota como las paredes se ciernen sobre él, cree que no puede escapar de su destino, que se fundirá con la oscuridad para nunca más volver a ver la luz.

Algo ocurre de repente, algo se ha movido dentro de la habitación, ha pasado muy rápido, ni si quiera lo ha podido ver.

Poco a poco va apartando sus manos para poder ver que es lo que pasa, tiene miedo de lo que pueda ser, aunque siente la curiosidad de conocer que es lo que se está moviendo ahí fuera.

Se quita las manos y ve que algo se mueve muy rápido, algo que contrasta con la oscuridad total de la habitación, algo que le parece familiar, aunque no recuerda por qué le suena tan conocido ese ser, esa forma que se mueve sin cesar.

El joven cada vez nota más como las fuerzas que había perdido vuelven a él, cada vez nota más ese calor que tanto le hacía falta, que tanto extrañaba. Apoya sus manos en el suelo, se encuentra de rodillas, está preparándose para ponerse en pie, pero todavía no se siente con las fuerzas suficientes como para hacerlo.

Las formas que se movían tan rápido, van ralentizando el ritmo, van parándose a medido que el joven se encuentra mejor, es como si de su estado dependiera el movimiento de las formas.

Va cogiendo cada vez más fuerza, va teniendo cada vez más confianza en si mismo, cada vez tiene menos miedo, pero la angustia no se separa de su pecho, una pregunta no se le va de la cabeza: ¿Quién no le asegura qué cuando se levante no volverá a caer?

De repente como si tratase de magia, la forma se para justamente detrás de él, es una sombra.
Se da la vuelta para ver la sombra y ve que tiene el contorno de una persona.

La sombra va cogiendo forma, se va haciendo más notable, pero no es una sombra oscura, tiene destellos de luz.

La sombra apoya sus manos en el joven, lo coge por la cintura para terminar de levantarlo, solo necesita un último empujón, está preparada para ayudarlo solo necesita que él quiera.

El joven se nota mejor, no tiene miedo, la angustia se está desvaneciendo, y conforme se va desvaneciendo esos sentimientos que le hacían encogerse la sombra se va haciendo cada vez más tangible.

La habitación está cambiando, la oscuridad está desapareciendo lentamente, todo está preparado para que se acabe el frío.

Ya está listo.

Sombra y joven dan el ultimo paso y se levantan juntos, cuando el joven se gira ve que la habitación está completamente iluminada y que esa sombra es una joven, la persona que necesitaba, esa persona que le ha traido la luz de nuevo a su vida.

Ahora ya no tiene miedo, ya sabe que tiene a alguien que no se separará de su lado.


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